La variante B.1.1.529, conocida como Ómicron e identificada como de preocupación por la Organización Mundial de la Salud (OMS), poco se conoce hasta el momento. Lo primero que hay que decir, es que la Red para la Vigilancia Genómica en Sudáfrica (NGS-SA, www.ngs-sa.org) fue alertada el pasado 22 de noviembre por un grupo de virus relacionados, denominado B1.1.529, con una frecuencia relativa mayor al 70 % de los genomas secuenciados.
Esta variante tiene unas propiedades biológicas, entre ellas, más de 30 mutaciones en la espiga que podrían conferir mayor transmisibilidad. Sin embargo, sobre esta variante, en este momento, hay más preguntas abiertas que certezas, el incremento de la transmisión en una de las provincias de Sudáfrica sugiere mayor transmisibilidad, pero hasta el momento esos resultados no son concluyentes.
La comunidad médica aún no sabe si es más severa. Los datos preliminares
obedecen a muestras pequeñas y no son consistentes entre sí , tampoco se sabe
si puede llegar a evadir la respuesta inmune, aunque estas mutaciones generen
ciertamente esta preocupación.
Lo más probable es que, como lo ha sido con las demás
variantes, las vacunas siguen siendo en una gran medida efectivas contra esta
nueva variante, como lo han sido con otras.
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