Se trata de un cambio histórico en décadas de política exterior británica y canadiense.
Starmer explicó en un vídeo que, ante el “creciente
horror” en Oriente Próximo, Reino Unido quiere actuar “para
mantener viva la posibilidad de la paz y de una solución de dos estados”,
en la que los israelíes puedan vivir junto a “un Estado palestino viable”.
“La esperanza de una solución de dos Estados se está
desvaneciendo, pero no podemos dejar que esa luz se apague”, dijo, en un
mensaje en el que se ha adelantado a las críticas israelíes para señalar
que “esta solución no es una recompensa a Hamás”, ya que ―en
opinión de Londres― esta organización no tiene cabida en una futura gobernanza
palestina.
“Hamás es una organización terrorista brutal” y plantear la
solución de dos estados es, en palabras de Starmer, “todo lo contrario
a la visión de odio” que promulga este grupo.
No obstante, también calificó de “intolerable” la situación
creada por Israel en la Franja de Gaza con la excusa de combatir a Hamás, y que
se ha traducido en una crisis humanitaria sin precedentes y en un escenario de
“devastación”.
El premier británico reclamó el levantamiento de las
restricciones a la entrada de ayuda, dentro de un discurso en el que ha
expresado su preocupación por el hecho de que las autoridades israelíes
hayan “acelerado” la construcción de asentamientos en Cisjordania.

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