La extorsión en la Costa Atlantica colombiana está disparada a tal púnto que muchos comerciantes, prefieren cerrar sus negocios y comercializar puerta a puerta de forma personalizada; lo cual aumenta el desempleo y el comercio.
La extorsión es ya un modo de operación de grupos al margen de la ley en la Costa, mediante la cual intimidan y ejercen control de territorio.
El atentado con una granada que dejó tres muertos esta semana contra un supermercado en Santa Marta -al parecer por negarse a pagar 'vacuna'- y la marcha de los habitantes de un barrio de Barranquilla, hastiados por las continuas extorsiones, pusieron al descubierto una realidad asfixiante.
La mayoría de estas 'vacunas', según el comandante del Gaula de la Policía, capitán Víctor Javier Reyes, se hacen a través de llamadas telefónicas que se originan desde la cárcel Rodrigo de Bastidas, de Santa Marta, y otros centros penitenciarios del país. Una vez captada la víctima, los delincuentes envían a terceros -en ocasiones incluso a familiares- para hacer el 'recaudo'. La suma puede ir desde 5.000 a 50 millones de pesos mensuales.
De las 49 capturas por extorsión que se han producido en Magdalena este año, 17 corresponden a integrantes de 'bacrim', principalmente de los 'Urabeños' y los 'Giraldo', anteriormente aliadas en el negocio de la extorsión. Esta 'sociedad', sin embargo, se rompió hace poco, en medio de roces entre sus cabecillas. Como consecuencia, hoy muchos comerciantes que pagan 'vacuna' ni siquiera saben a quién.
Barranquilla, acosada
En varias zonas de la capital del Atlántico este drama se reproduce a escalas inimaginables. En el barrio La Pradera (suroccidente), por ejemplo, donde esta semana sus pobladores se volcaron a las calles para protestar contra las bandas, que se presentan en grupos de jóvenes en motos, armados con revólveres, les están cobrando entre 1.000 y 3.000 pesos a quienes han remodelado sus casas o tienen las mejores fachadas. En este barrio, las amenazas van en serio: en lo que va del año las bandas han asesinado a tres comerciantes y han motivado el cierre de seis negocios. La razón, en todos los casos, ha sido la negativa a pagar la 'vacuna'.
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