jueves, 3 de noviembre de 2016

Subasta pública de vehículos de propiedad del Senado generó un detrimento patrimonial al Estado de $1.765 millones


*Se constataron incumplimientos e irregularidades en los procesos de traspaso de vehículos y motocicletas, que se adelantaron por fuera de los términos legalmente establecidos.

*Y como se denunció en su momento, existen bienes que, no obstante haber sido adjudicados, figuran ante los organismos de tránsito como de propiedad del Senado de la República.

*Algunos de estos vehículos se traspasaron a nombre de persona indeterminada, y otros en favor de beneficiarios diferentes a los adjudicatarios reales de las subastas.

*La CGR determinó también irregularidades en el trámite de los permisos de uso de blindaje para los vehículos.

*El contrato con la comercializadora Nave Ltda se encuentra en etapa de liquidación con obligaciones pendientes por parte del contratista.

Bogotá, 3 de noviembre de 2016.- La Contraloría General de la República determinó un daño patrimonial al Estado de $1.765 millones de pesos por el menor valor percibido en el proceso de venta en subasta pública de vehículos de propiedad del Senado de la República, que se dio a través un contrato desarrollado por la Comercializadora Nave Ltda.

El organismo de control anunció los resultados definitivos de las diligencias que adelantó frente a la denuncia que sobre irregularidades en estos procedimientos presentó el Senador Luis Fernando Velasco, ex presidente del Congreso.

En la actuación, realizada por la Contraloría Delegada para la Gestión Pública e Instituciones Financieras, se determinaron varios hallazgos en la evaluación realizada a la ejecución del contrato No.420 de 2012, suscrito por el Senado de la República con la comercializadora Nave Ltda, cuyo objeto corresponde a la contratación de los servicios de un promotor o profesional idóneo, para la subasta pública de estos vehículos.

Los hallazgos están relacionados con inconsistencias en los procesos de baja y enajenación de los vehículos que conforman el parque automotor del Senado.

La Contraloría encontró incumplimientos e irregularidades en los procesos de traspaso de vehículos y motocicletas, toda vez que se adelantaron por fuera de los términos legalmente establecidos, con el agravante que aún existen bienes que, no obstante haber sido adjudicados, figuran ante los organismos de tránsito como de propiedad del Senado de la República.

Algunos de estos vehículos se traspasaron a nombre de persona indeterminada, y otros en favor de beneficiarios diferentes a los adjudicatarios reales de las subastas.

Irregularidades en permisos de uso de blindaje

Se determinó igualmente que para los vehículos blindados subastados, solo en algunos casos se realizaron los trámites de solicitud de permiso de uso de blindaje ante la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada, de manera que en los demás casos se hizo la entrega material de los vehículos sin haber obtenido el permiso de dicha entidad.

También se verificó  que existían vehículos blindados de propiedad del Senado de la República que nunca tramitaron el correspondiente permiso ante la citada Superintendencia.

Es preciso destacar que aunque la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada canceló en octubre de 2015 las autorizaciones primarias de blindaje para los vehículos subastados y determinó la necesidad de estudiar la procedencia de la autorización otorgada, su entrega material implica que los vehículos blindados puedan transitar en manos de particulares sin la autorización correspondiente.

Otras de las irregularidades identificadas se relaciona con la finalización de la vigencia de las garantías del contrato No.420/12, las cuales no fueron renovadas y el contrato se encuentra en etapa de liquidación con obligaciones pendientes por parte del contratista.

Los vehículos fueron valorados de manera errónea

En materia fiscal se encontró que en algunos casos existen diferencias entre las características de los bienes subastados que fueron tenidas en cuenta para la realización de los avalúos, y las características que figuran en los certificados de tradición, especialmente en la línea, modelo y cilindraje de los vehículos, así como una aplicación inexacta de los valores de las tablas emitidas por el Ministerio de Transporte. Estas diferencias  implican valoración errónea de los bienes.

Adicionalmente, en el avalúo de los vehículos se omitió incrementar el 10% del valor cuando los vehículos son blindados, y se realizaron descuentos por conceptos que no corresponden a los permitidos en la ley o a la dinámica de ejecución del contrato, entre ellos “descuento por vicios ocultos”, pese a que los bienes se venderían “en el estado en que se encuentran”,  y “otros descuentos” que incluyen “logística de retiro, tiempos de entrega, tiempos de reventa y fluctuación del mercado”, es decir costos ya comprendidos en la comisión del intermediario comercial.

Producto de los ajustes en el cálculo de los avalúos, la Contraloría General de la República determinó la existencia de un hallazgo con connotación fiscal, resultado de la diferencia entre el valor cancelado y el que debió calcularse y pagarse en favor de la Dirección del Tesoro Nacional por concepto tanto del impuesto Ley 11/87 como de los bienes subastados.

Esta diferencia representa una gestión fiscal antieconómica derivada del menor valor percibido en el proceso de enajenación de los bienes, lo cual genera, como se indicó al principio, un daño al patrimonio del Estado por valor de $1.765 millones.


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