Tres barras de Racing interceptaron a Giovanni Moreno a la salida de la práctica y lo amenazaron con un arma de fuego. “Pensé lo peor para él en ese momento”, admitió Federico Santander, que viajaba con el colombiano.
La violencia volvió a tocar la puerta del fútbol argentino. Una vez más y van... Tras explotar el enfrentamiento entre la barra y la dirigencia de Independiente, las amenazas se cruzaron de vereda y aparecieron también en Racing. El colombiano Giovanni Moreno y el paraguayo Federico Santander se retiraban en el mismo auto del entrenamiento matutino, cuando otros dos vehículos los interceptaron a media cuadra del estadio. A partir de allí, la violencia en estado puro. Tres hombres, un arma y cuarenta minutos de máxima tensión, resumidos en una amenaza destinada al mediocampista cafetero: “Te vamos a pegar un tiro en la rodilla”. Así lo confirmó Santander por la tarde, con el miedo aún presente en su voz.
“El tipo nos dijo ‘Soy el capo de la barra de Racing’. Empezó a gritarle a Gio y cuando él le respondió, empezó el lío. Primero era uno solo y después llamó a otros dos”, comenzó su relato el delantero guaraní en declaraciones a Radio La Red. “Le apoyaron un arma en la pierna. El tipo le dijo que lo admiraba mucho pero que acá estaba robando, que no quiere que se quede acá. Se bajaron tres de un auto, pero seguro que eran más. Uno nos habló bien, pero no el que tenía el arma. Pensé lo peor para él en ese momento. Pensé que le iba a pegar un tiro”, continuó Santander. Escalofriante e inexplicable, dado que Moreno era uno de los máximos ídolos de la hinchada hasta no hace mucho tiempo.
“No pidieron plata, sólo que pongamos huevos, que el domingo tenemos que ganar sí o sí, sino se nos iban a complicar las cosas. Lo peor es que el tipo le dijo que sabía donde vivía, con quién salía, con quién estaba. Cogorno (presidente de Racing) me dijo que me quede tranquilo, pero voy a ir a entrenar con miedo. El tipo le dijo que le iba a arruinar la carrera. No tengo idea de lo que va a hacer Gio. Estaba aterrado como yo”, cerró su testimonio Santander.
Más tarde, Agustín Jiménez, representante de Gio, reconoció el hecho y expresó: “El club nos dio la seguridad de que esto no volverá a pasar. Estuve reunido con el presidente (Gastón Cogorno) y con (Rodolfo) Molina (vicepresidente) y me dieron su apoyo”. Y ante los crecientes rumores que indicaban que el colombiano no jugaría más en la institución de Avellaneda, Jiménez confesó: “Evaluamos la posibilidad de que Gio se vaya de Racing, pero hay que estar tranquilos porque en caliente se puede hacer cualquier cosa”.
Además, Daniel Pellerano, otro de los agentes del colombiano reconoció en Radio Rivadavia: “Para la denuncia hay que esperar, fue una situación difícil. Ahora está resguardado con su familia, no se qué va que va a hacer. Hablé con los dirigentes de Racing, están al tanto de lo que pasó y a la expectativa de lo que pase”.
Difícilmente el plantel pueda poner su cabeza exclusivamente en el partido del sábado contra Belgrano, con el ambiente que rodea al fútbol. Sin embargo, los barras continúan con sus prácticas violentas, pensando que los jugadores van a reaccionar ante la presión. Y lo peor: un día van cumplir sus amenazas. Inentendible. Injustificable.
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