viernes, 8 de junio de 2007

El G-8 reconoce el gesto Uribe y pide a las FARC liberación de rehenes


unque separados por la anfitriona, Ángela Merkel, George W. Bush (der.) y Vladimir Putin se mostraron ayer, en cumbre del G-8, más cerca que nunca.
Los líderes del G-8 reconocieron la "valiente decisión" del presidente colombiano Álvaro Uribe de liberar a un significativo número de prisioneros y pidieron a las Farc un gesto similar.
"Apelamos a las FARC a que consideren pasos urgentes que contribuyan a una solución humanitaria y a la liberación de los rehenes detenidos", señala el texto de las conclusiones de la presidencia del G-8, reunido en el balneario de Heiligendamm (norte Alemania).
De otra parte, la cumbre del G-8 se cierra con acuerdos mínimos en tema ambiental En cambio, Rusia y Estados Unidos bajaron el tono de sus diferencias por el escudo antimisiles, luego de que el presidente Vladimir Putin propuso una alternativa.
El 'compromiso' al que llegaron ayer en Alemania los líderes del G-8 sobre la lucha contra el calentamiento global fue de mínimos.
Sí, mantiene los puntos centrales que habían sido propuestos por la canciller Ángela Merkel en cuanto a reducir al 50 por ciento la emisión de dióxido de carbono (CO2) hasta el 2050 bajo la supervisión de la ONU.
Pero George W. Bush se salió con la suya en un importante factor: la declaración no estipula la obligatoriedad de ese compromiso, sino la "disposición" de los países industriales para acatar esa norma.
Un mal chiste para la especie humana. Bush, gran amigo de Merkel, una vez más se salió por la tangente con el tema ambiental.La líder alemana, aseguró, con inexplicable optimismo: "Se ha alcanzado lo máximo que se podía alcanzar. De esta declaración política no se escapa ni se escapará nadie".
La Canciller anunció que con el compromiso alcanzado se despejó el camino para que la reunión de Ministros del Medio Ambiente de los países industrializados, que se realizará en octubre en Indonesia, se dedique a las negociaciones "concretas de cómo se cumplirá en la práctica la reducción de gases".
Pero las organizaciones de defensa del Medio Ambiente, "profundamente decepcionadas", denunciaron que el compromiso no tiene carácter ni "vinculante" ni "obligante".
Tobias Münchmeyer, directivo alemán de Greenpeace, calificó la cumbre de "oportunidad desperdiciada" y dijo que el G-8 podría haber asumido "una actitud ejemplarizante ante el resto de mandatarios del mundo, obligándose a cumplir metas".
Mientras se discutían los alcances del acuerdo sobre el calentamiento global, el presidente ruso, Vladimir Putin, sorprendió a todos al presentar una alternativa para el escudo antimisiles que E.U. pretende instalar en Europa del Este, tema que ha llevado a las dos potencias a un grado de tensión digno de los tiempos de la 'Guerra Fría'.
Según Putin, Moscú y Washington podrían montar una base conjunta en antiguas instalaciones soviéticas de radares en Azerbaiyán, en vez de las proyectadas bases en República Checa y Polonia.
Esto permitiría adaptar un plan que es considerado por Putin como una "amenaza" para su país, pero que es visto por Bush como vital en su guerra contra el terrorismo.
El Presidente de E.U. calificó de "interesante" la propuesta. "El resultado de nuestras discusiones, es que los dos nos pusimos de acuerdo para tener un diálogo estratégico", agregó.
Mientras los líderes más poderosos del planeta deliberaban en Heiligendamm, una treintena de activistas de Greenpeace protagonizaron una espectacular acción.
Por vía marítima, los activistas lograron burlar en cinco botes salvavidas la vigilancia de la Policía, alcanzaron a salvar la zona de frontera delimitada por los servicios de seguridad y lograron avanzar hacia la playa que comunica directamente con el complejo hotelero, donde se hospedan los mandatarios.
La Policía solo logró interceptar y detener los botes, chocando contra ellos, provocando que todos los hombres cayeran al agua, algunos de ellos malheridos por la colisión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario