Barranquilla, 26 feb (SP). La siguiente es la declaración del Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, emitida desde Barranquilla el viernes 26 de febrero de 2010, sobre la sentencia de la Corte Constitucional:
Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez: “Acato y respeto la sentencia de la Honorable Corte Constitucional, mediante la cual declara inexequible la ley que convocaba a un referendo de reelección presidencial.
El Estado de Derecho es una gran conquista de la humanidad. Es una conquista que ha exigido esfuerzos milenarios. El Estado de Derecho exige que todos los ciudadanos nos sometamos a la ley, pero especialmente el gobernante. Que el gobernante dé ejemplo en aquello de observar la ley, que debe ser una ley externa a él, una ley que no coincida necesariamente con su pensamiento, que no puede coincidir nunca con sus caprichos: la ley que los juristas llaman la ley heterónoma.
Otros elementos bien importantes del Estado de Derecho son, por ejemplo, la estructuración del Estado en ramas independientes del poder público, que haya órganos de control. Y diría que el elemento sobresaliente es el nivel de libertad para que la ciudadanía participe.
En el Estado contemporáneo de Derecho el nivel de participación de la ciudadanía es un elemento sobresaliente, característica fundamental. Ese nivel de participación de la ciudadanía es lo que he invitado a los colombianos a que practiquemos, a lo que me he referido con el nombre de Estado de Opinión.
Pero el Estado de Opinión es una expresión del Estado de Derecho. No es una oposición al Estado de Derecho. El Estado de Opinión, como elemento del Estado de Derecho, tiene que respetar la ley, tiene que respetar la Constitución.
La participación de los ciudadanos no puede ser contraria a la ley, no puede ser contraria a la Constitución. Entonces ahí entra otro elemento fundamental del Estado de Derecho: la justicia, los órganos de control, ellos tienen que decir si esa participación se ajusta o no se ajusta a la ley y a la Constitución.
Esos órganos de control también provienen del ciudadano, esas leyes también provienen del ciudadano, porque finalmente el ciudadano elige los gobiernos, porque finalmente el ciudadano elige los congresos, porque finalmente el ciudadano elige los cuerpos constituyentes.
Y así como hay que respetar la participación del ciudadano, también hay que respetar la norma constitucional y la norma legal que reglamenta esa participación del ciudadano. Y hay que acatar al órgano que se expresa, con fuerza de mandato, sobre si el proceso participativo se ha ajustado o no se ha ajustado a la ley y a la Constitución.
Bienvenida siempre la participación con acatamiento a la Constitución, a las normas legales, y con sometimiento a las sentencias de las instituciones del Estado de Derecho, competentes para ser guardianes de la Constitución y de la ley.
El incremento de la participación es formidable para la transparencia. Cito tres ejemplos: si logramos nosotros que los ciudadanos incrementen su participación en la vigilancia a la salud, que pueden tener un sistema de servicio de llamadas que les permita comunicarse oportunamente con la Superintendencia, con la EPS, con el médico, con el hospital, todo eso tiene que ayudar a que haya más transparencia en la salud, en la prestación del servicio, y más calidad.
Si los ciudadanos participan activamente en la vigilancia de los procesos de contratación en el Estado, eso tiene que ayudar a derrotar la corrupción.
Si los ciudadanos participan activamente en ayudar, con su información, a que las Fuerzas Armadas puedan ser más efectivas en el control de la delincuencia, las Fuerzas Armadas, con la participación ciudadana, se sienten más apoyadas y también más exigidas para ser eficaces en la lucha contra la delincuencia.
Si los ciudadanos participan para exigir el pleno imperio de los Derechos Humanos para que la política de seguridad sea totalmente transparente, esa participación se convierte en una exigencia que garantiza más la eficacia de los Derechos Humanos. A medida que se fomente la participación, ésta también se ejercerá de mejor manera.
Creo que este proceso es un proceso que tiene que crear reflexiones en los colombianos. La reflexión de que la participación es una expresión superior del Estado de Derecho, que no puede ser contraria a la ley, no puede ser contraria a la Constitución y no puede sino someterse a las providencias de los órganos guardianes de la Constitución y de la ley. Y a medida que se fomente la participación, los esquemas de participación también irán madurando e irán mejorando.
Apreciados compatriotas: tengo un deseo, el deseo de poder servir a Colombia desde cualquier trinchera, desde cualquier circunstancia, hasta el último día de la vida. Apreciados compatriotas: me anima una ilusión: que nuestra democracia mejore el rumbo, pero que no abandone el rumbo.
Estamos en el año del Segundo Centenario de la Independencia. Escasamente hemos tenido 47 años de paz. Las generaciones vivas, desde los años 40, no hemos tenido un día completo de paz. Primero, la violencia entre los partidos. No habían llegado todavía a muchas poblaciones de Colombia las noticias sobre los acuerdos del Frente Nacional, que pusieron fin a la violencia entre los partidos, pero ya eran esas regiones de Colombia víctimas de la aparición de las guerrillas marxistas del odio, de la destrucción de la democracia. Después apareció la expresión, igualmente cruel, del paramilitarismo. Unos y otros totalmente controlados por el narcotráfico, lo que todavía no hemos podido superar.
Por eso es un derecho de las nuevas generaciones, un derecho para la prosperidad de la Patria, que se mantenga el rumbo de firmeza en una política de seguridad que les garantice a las nuevas generaciones una Colombia segura y en paz, lista para la prosperidad y la equidad.
En medio de las dificultades que aún tenemos del empleo, esta tarde al llegar a Barranquilla me decía el Alcalde Alejandro Char: ‘Presidente, la ciudad con menos desempleo de Colombia, con menos de un dígito’.
Y pensábamos: cuánto ha contribuido a eso que en Colombia empezamos a tener confianza de inversión. En Barranquilla la inversión ha florecido enormemente, como en muchas ciudades colombianas. Hay que construir confianza de inversión con responsabilidad social, con fraternidad. De lo contrario no hay camino para la prosperidad. Ese rumbo se necesita.
Y esta tarde nos hemos reunido en Barranquilla para mirar un aspecto fundamental: la salud, que hace parte de ese tercer elemento de construcción de confianza. La seguridad, la promoción de la inversión con fraternidad y la inversión social con resultados.
Creo, señor Gobernador, señor Alcalde, distinguida comunidad de Barranquilla, que nunca se pudo anticipar que este Gobierno fuera a avanzar tanto en el aseguramiento de salud de los barranquilleros, de los atlanticenses. Las cifras que hemos visto esta tarde así lo acreditan.
La política social tiene que ser una política de más resultados y de menos discurso. Así como se necesita la seguridad y la confianza de inversión para la prosperidad, la política social se necesita para que esa prosperidad tenga un gran validador, que es la equidad social, y la Patria pueda avanzar en armonía, con debate democrático, pero siempre con fraternidad. Me ánima ese deseo de que nuestra democracia mejore el rumbo, pero que no abandone el rumbo.
Me anima, apreciados compatriotas, un sentimiento: el único sentimiento que albergo es un sentimiento de amor a Colombia, el sentimiento con el cual nací, el sentimiento que se agrandó en mi primer hogar, el sentimiento que se me ha vuelto ilimitado en el contacto diario con mis compatriotas. Deseo que en los años de vida que me resten pueda sentir todos los días más amor por Colombia.
Muchas gracias”.
Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez: “Acato y respeto la sentencia de la Honorable Corte Constitucional, mediante la cual declara inexequible la ley que convocaba a un referendo de reelección presidencial.
El Estado de Derecho es una gran conquista de la humanidad. Es una conquista que ha exigido esfuerzos milenarios. El Estado de Derecho exige que todos los ciudadanos nos sometamos a la ley, pero especialmente el gobernante. Que el gobernante dé ejemplo en aquello de observar la ley, que debe ser una ley externa a él, una ley que no coincida necesariamente con su pensamiento, que no puede coincidir nunca con sus caprichos: la ley que los juristas llaman la ley heterónoma.
Otros elementos bien importantes del Estado de Derecho son, por ejemplo, la estructuración del Estado en ramas independientes del poder público, que haya órganos de control. Y diría que el elemento sobresaliente es el nivel de libertad para que la ciudadanía participe.
En el Estado contemporáneo de Derecho el nivel de participación de la ciudadanía es un elemento sobresaliente, característica fundamental. Ese nivel de participación de la ciudadanía es lo que he invitado a los colombianos a que practiquemos, a lo que me he referido con el nombre de Estado de Opinión.
Pero el Estado de Opinión es una expresión del Estado de Derecho. No es una oposición al Estado de Derecho. El Estado de Opinión, como elemento del Estado de Derecho, tiene que respetar la ley, tiene que respetar la Constitución.
La participación de los ciudadanos no puede ser contraria a la ley, no puede ser contraria a la Constitución. Entonces ahí entra otro elemento fundamental del Estado de Derecho: la justicia, los órganos de control, ellos tienen que decir si esa participación se ajusta o no se ajusta a la ley y a la Constitución.
Esos órganos de control también provienen del ciudadano, esas leyes también provienen del ciudadano, porque finalmente el ciudadano elige los gobiernos, porque finalmente el ciudadano elige los congresos, porque finalmente el ciudadano elige los cuerpos constituyentes.
Y así como hay que respetar la participación del ciudadano, también hay que respetar la norma constitucional y la norma legal que reglamenta esa participación del ciudadano. Y hay que acatar al órgano que se expresa, con fuerza de mandato, sobre si el proceso participativo se ha ajustado o no se ha ajustado a la ley y a la Constitución.
Bienvenida siempre la participación con acatamiento a la Constitución, a las normas legales, y con sometimiento a las sentencias de las instituciones del Estado de Derecho, competentes para ser guardianes de la Constitución y de la ley.
El incremento de la participación es formidable para la transparencia. Cito tres ejemplos: si logramos nosotros que los ciudadanos incrementen su participación en la vigilancia a la salud, que pueden tener un sistema de servicio de llamadas que les permita comunicarse oportunamente con la Superintendencia, con la EPS, con el médico, con el hospital, todo eso tiene que ayudar a que haya más transparencia en la salud, en la prestación del servicio, y más calidad.
Si los ciudadanos participan activamente en la vigilancia de los procesos de contratación en el Estado, eso tiene que ayudar a derrotar la corrupción.
Si los ciudadanos participan activamente en ayudar, con su información, a que las Fuerzas Armadas puedan ser más efectivas en el control de la delincuencia, las Fuerzas Armadas, con la participación ciudadana, se sienten más apoyadas y también más exigidas para ser eficaces en la lucha contra la delincuencia.
Si los ciudadanos participan para exigir el pleno imperio de los Derechos Humanos para que la política de seguridad sea totalmente transparente, esa participación se convierte en una exigencia que garantiza más la eficacia de los Derechos Humanos. A medida que se fomente la participación, ésta también se ejercerá de mejor manera.
Creo que este proceso es un proceso que tiene que crear reflexiones en los colombianos. La reflexión de que la participación es una expresión superior del Estado de Derecho, que no puede ser contraria a la ley, no puede ser contraria a la Constitución y no puede sino someterse a las providencias de los órganos guardianes de la Constitución y de la ley. Y a medida que se fomente la participación, los esquemas de participación también irán madurando e irán mejorando.
Apreciados compatriotas: tengo un deseo, el deseo de poder servir a Colombia desde cualquier trinchera, desde cualquier circunstancia, hasta el último día de la vida. Apreciados compatriotas: me anima una ilusión: que nuestra democracia mejore el rumbo, pero que no abandone el rumbo.
Estamos en el año del Segundo Centenario de la Independencia. Escasamente hemos tenido 47 años de paz. Las generaciones vivas, desde los años 40, no hemos tenido un día completo de paz. Primero, la violencia entre los partidos. No habían llegado todavía a muchas poblaciones de Colombia las noticias sobre los acuerdos del Frente Nacional, que pusieron fin a la violencia entre los partidos, pero ya eran esas regiones de Colombia víctimas de la aparición de las guerrillas marxistas del odio, de la destrucción de la democracia. Después apareció la expresión, igualmente cruel, del paramilitarismo. Unos y otros totalmente controlados por el narcotráfico, lo que todavía no hemos podido superar.
Por eso es un derecho de las nuevas generaciones, un derecho para la prosperidad de la Patria, que se mantenga el rumbo de firmeza en una política de seguridad que les garantice a las nuevas generaciones una Colombia segura y en paz, lista para la prosperidad y la equidad.
En medio de las dificultades que aún tenemos del empleo, esta tarde al llegar a Barranquilla me decía el Alcalde Alejandro Char: ‘Presidente, la ciudad con menos desempleo de Colombia, con menos de un dígito’.
Y pensábamos: cuánto ha contribuido a eso que en Colombia empezamos a tener confianza de inversión. En Barranquilla la inversión ha florecido enormemente, como en muchas ciudades colombianas. Hay que construir confianza de inversión con responsabilidad social, con fraternidad. De lo contrario no hay camino para la prosperidad. Ese rumbo se necesita.
Y esta tarde nos hemos reunido en Barranquilla para mirar un aspecto fundamental: la salud, que hace parte de ese tercer elemento de construcción de confianza. La seguridad, la promoción de la inversión con fraternidad y la inversión social con resultados.
Creo, señor Gobernador, señor Alcalde, distinguida comunidad de Barranquilla, que nunca se pudo anticipar que este Gobierno fuera a avanzar tanto en el aseguramiento de salud de los barranquilleros, de los atlanticenses. Las cifras que hemos visto esta tarde así lo acreditan.
La política social tiene que ser una política de más resultados y de menos discurso. Así como se necesita la seguridad y la confianza de inversión para la prosperidad, la política social se necesita para que esa prosperidad tenga un gran validador, que es la equidad social, y la Patria pueda avanzar en armonía, con debate democrático, pero siempre con fraternidad. Me ánima ese deseo de que nuestra democracia mejore el rumbo, pero que no abandone el rumbo.
Me anima, apreciados compatriotas, un sentimiento: el único sentimiento que albergo es un sentimiento de amor a Colombia, el sentimiento con el cual nací, el sentimiento que se agrandó en mi primer hogar, el sentimiento que se me ha vuelto ilimitado en el contacto diario con mis compatriotas. Deseo que en los años de vida que me resten pueda sentir todos los días más amor por Colombia.
Muchas gracias”.
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