jueves, 8 de agosto de 2013

LOS ELECTORES SON LOS CULPABLES AL ELEGIR SUS GOBERNANTES.


El tiempo pasa inmisericorde. Ayer  muchos elegían  con optimismo a las autoridades regionales y locales que hoy  los representan. Lo hicieron   con entusiasmo, basados en sus antecedentes de ocupar cargos públicos de mucha importancia y de los pergaminos que exhibían. Creían  y estában seguros, que NO  se   equivocaban , a pesar de que en cierta ocasión, fueran  tratados en forma despectiva.

Ahora se aproximan nuevos eventos eleccionarios y ya se encuentran en el partidor varios  personajes, que se van a postular, posiblemente con muy buenas intenciones o enmascaradas pretensiones, que a lo largo de su mandato, si son elegidos, empezarán a aparecer.

La Política, ciencia, doctrina u opinión, es una actividad donde debe ser protagonistas solo gente decente, valiente, profesionalmente capaz y sin ningún apetito de poder, que lo lleve a  caer en actos denigrantes de corrupción.

El pueblo esta cansado  de los juicios por malversación, incapacidad gerencial y por corrupción que se abren a las personas que terminan en los cargos en que fueron elegidos.

En la prensa televisiva, hablada y escrita, aparecen con grandes titulares que fulano o mengano están siendo procesado o investigado por corrupción  pero, yo me pregunto, ¿Quiénes son los culpables?… Y todos concluimos, es el pueblo que los eligió y se dejó engañar, por los “encantadores de culebras” o los que venden cebo de macanche, o agua florida con lagartijas, o por los múltiples pícaros que no aparecen en la estampita y son los verdaderos beneficiados con los puestos y contratos que consiguen…, sin olvidarnos, de esa sarta de ineptos, claro, con contadas excepciones,  que se cuelgan de las listas de los candidatos y de la noche a la mañana se convierten en consejeros, – ¿consejeros de qué, qué es lo que aconsejan o qué cosa fiscalizan? – , o regidores, – ¿regidores de qué, qué dirigen, qué gobiernan, qué guían? -, lamentablemente esa es nuestra realidad, el señorcito que ayer era un don nadie, no tenía donde caerse muerto, ni llevarse un pan a la boca,…o la damita, que era una simple secretaria, funcionaria de último nivel, o una pésima ama de casa, por arte de magia se transforma  en autoridad;  petulantes, que se lucen en los desfiles, en las ceremonias y plazas…, autoridades, con “hache”, pretensiosas y obsecuentes, malcriadas y prepotentes, que desconocen que el sueldo que los pagan,  es el fruto de nuestros impuestos, de nuestro deber de aportar, como ciudadanos  y que el lugar que ocupan, es con la finalidad de ponerse al servicio…, leanlo  bien…, “al servicio” de la comunidad, o dicho de otro modo, no en forma peyorativa, sino más bien didáctica, para que se entienda…,  en “sirvientes” de la sociedad y no en gerentes, jefes, ni mandamases, patrones o verdugos.

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