El Papa expresó ante los 266 cardenales y obispos asistentes a la V Conferencia del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (Celam), reunido en la ciudad de Aparecida, a 170 kilómetros de Sao Paulo, que "en América Latina, al igual que en otras regiones se ha evolucionado".
Esa evolución se ha producido, según el Pontífice, "aunque haya motivos de preocupación ante formas de gobiernos autoritarios o sujetos a ciertas ideologías que se creían superadas y que no corresponden con la visión cristiana del hombre".
En el mismo discurso, el Papa criticó tanto al marxismo como al capitalismo, y dijo que ambos prometieron unas estructuras justas que fomentarían la moralidad común, "pero esa promesa ideológica se ha demostrado que es falsa y los hechos lo ponen de manifiesto".
"El sistema marxista, donde ha gobernado, no solo ha dejado una triste herencia de destrucción económica y ecológica, sino también una dolorosa destrucción del espíritu. Y lo mismo vemos en Occidente, donde crece la distancia entre pobres y ricos y hay una degradación de la dignidad personal con la droga, el alcohol y los sutiles espejismos de felicidad", afirmó.
Horas antes del encuentro con el Episcopado, el Pontífice ofició en su primer compromiso religioso del día su habitual misa dominical, esta vez ante 150.000 feligreses que se reunieron en el Santuario Nacional de la Basílica de Nuestra Señora de Aparecida, patrona de los brasileños.
El número de feligreses que comparecieron a la celebración eucarística en Aparecida, fue menor del esperado por la iglesia brasileña, que preveía hasta medio millón de asistentes a la misa papal en el mayor santuario del país.
Esa evolución se ha producido, según el Pontífice, "aunque haya motivos de preocupación ante formas de gobiernos autoritarios o sujetos a ciertas ideologías que se creían superadas y que no corresponden con la visión cristiana del hombre".
En el mismo discurso, el Papa criticó tanto al marxismo como al capitalismo, y dijo que ambos prometieron unas estructuras justas que fomentarían la moralidad común, "pero esa promesa ideológica se ha demostrado que es falsa y los hechos lo ponen de manifiesto".
"El sistema marxista, donde ha gobernado, no solo ha dejado una triste herencia de destrucción económica y ecológica, sino también una dolorosa destrucción del espíritu. Y lo mismo vemos en Occidente, donde crece la distancia entre pobres y ricos y hay una degradación de la dignidad personal con la droga, el alcohol y los sutiles espejismos de felicidad", afirmó.
Horas antes del encuentro con el Episcopado, el Pontífice ofició en su primer compromiso religioso del día su habitual misa dominical, esta vez ante 150.000 feligreses que se reunieron en el Santuario Nacional de la Basílica de Nuestra Señora de Aparecida, patrona de los brasileños.
El número de feligreses que comparecieron a la celebración eucarística en Aparecida, fue menor del esperado por la iglesia brasileña, que preveía hasta medio millón de asistentes a la misa papal en el mayor santuario del país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario