El fraude ya está hecho Armando Benedetti Jimeno. .
La trashumancia electoral es uno de los vicios más generalizados del sufragio.
La corrupción electoral existe porque el país se hace el estúpido frente a ella. Los propósitos de enmienda y contrición de corazón que con ocasión de la 'parapolítica' exhiben ministros, parlamentarios y dirigentes políticos son una prueba de la escasa seriedad y contundencia de los esfuerzos contra ella.
Si el país aceptara las consecuencias políticas, constitucionales y legales de lo que ocurre con el sufragio y sus actos preparatorios, las elecciones de octubre próximo no podrían realizarse. De hecho, todas las que le antecedieron fueron un fraude protuberante.
La trashumancia electoral es uno de los vicios más generalizados del sufragio. Los aparatos del clientelismo logran, mediante organizadas, fugaces y falsas migraciones, despojar a poblaciones enteras del derecho de escoger a sus gobernantes. La respuesta, tanto de los funcionarios electorales como del Ministerio Público y de los operadores judiciales que hacen el control jurisdiccional, ha sido históricamente insuficiente y permisiva.
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