Es la primera persona en el país que recibe un corazón trasplantado, sin perder el suyo.
La pequeña Sara Estrada Pérez, de 6 años, vive temporalmente en el piso 11 de la Fundación Cardiovascular de Colombia (FCV), en Floridablanca (Santander), donde es una de las pacientes más consentidas del país, a la que se le duplican los cuidados.
Hoy cumple la primera semana fuera de la unidad de cuidados intensivos, después de que los médicos cardiólogos que la operaron el 11 de marzo pasado la "dieron de alta".
En el momento del trasplante, los especialistas descubrieron que el órgano donado era muy pequeño y podía poner el riesgo la vida de la niña que sufre de cardiopatía restrictiva, que le impide relajar su corazón para recibir y bombear sangre con fuerza.
Por tal motivo, los cirujanos determinaron practicarle un trasplante hererotópico (unir el corazón nativo con otro donado), en un procedimiento que nunca se había realizado en el país.
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