La educación sexual fracasó. Qué pasa en la familia y el colegio, los espacios en los que reciben la información sobre este tema. Jóvenes proponen cómo mejorar esa formación.
María tiene 14 años y un bebé de 9 meses. Diego tiene la misma edad y está seguro de que además del condón "la capada" también es un método de planificación sexual. Lina tiene 16 y cree que no hay problema en tomar hasta cuatro veces en la semana la píldora del día después.
María, de 18, sabe que ni una cosa ni la otra son posibles, ha aprendido del asunto consultado Internet y conversando con sus amigas. Toma pastillas anticonceptivas porque desde los 16 tiene relaciones sexuales con su novio.
A comienzos de este año Profamilia aseguró que la educación sexual en el país fue un fracaso y tenía argumentos para decirlo: historias como las de estos muchachos y cifras preocupantes.
El 22,4 por ciento de las adolescentes están o han estado embarazadas. Más concreto: mientras que en Venezuela por cada 1.000 jóvenes 51 esperan bebé; en Chile, 62; en Holanda, 8 y en Japón, solo 4; en Colombia la cifra llega a 90.
Según algunos ginecólogos que no quieren meterse en problemas, la situación puede ser peor: 152 adolescentes por cada 1.000 y los más pesimistas creen que 190. Dicen que las estadísticas oficiales no pasan de 100 porque la situación tendría que ser catalogada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una crisis sanitaria y eso le significaría al país regaños y sanciones de organismos internacionales.
En mayo próximo un estudio realizado en seis países (Colombia, Argentina, Ecuador, México, Perú y Venezuela), que será publicado en una revista científica internacional y al que EL TIEMPO tuvo acceso, volverá a poner el dedo en la llaga.
Aunque en algunos casos los adolescentes colombianos salieron mejor librados que sus vecinos (ver gráficos), vuelven a verse con preocupación varias cosas: inician sus relaciones sexuales a edades tempranas (15,22 años y los varones antes: 14,5; el promedio general es 15,15); en su primera relación sexual solo la mitad se protege (la mayoría solo con condón) y aunque dicen que tienen conocimiento sobre infecciones de transmisión sexual es poco el cuidado que tienen y la que más mencionan es VIH.
"No conocen el virus de papiloma humano, por ejemplo, que produce el cáncer uterino. Colombia está en el cuarto lugar en el mundo por muerte de este tipo de cáncer. Es más fácil contraerlo en esta etapa de la vida porque el epitelio está inmaduro", explica Germán Salazar, director de la Unidad de Adolescentes y Jóvenes de la Fundación Cardioinfantil, quien tuvo a cargo la investigación en Colombia.
No tan promiscuos
María cuenta que su primera relación sexual no fue preparada, pero sabía que sucedería porque ella y su novio se encontraron en su casa un día que no había nadie. "Comenzamos con besos y caricias. Al día siguiente tuve que comprar en una droguería por 17 mil pesos una pastilla del día después".
Es la única pareja sexual que ha tenido y con la que comparte desde hace año y medio. No le sucede lo mismo a su novio, de 19 años, que con ella es la quinta pareja.
Estos jóvenes corroboran lo que encontró la investigación, pero también lo que se cree popularmente. Por un lado María, al igual que la mayoría de los jóvenes encuestados (ver ficha técnica), solo ha tenido una pareja sexual (el 21,9 por ciento ha tenido dos; 14,6, tres y 9,4 por ciento, entre 6 y 18). Por el otro, su novio muestra que sí es cierto que algunos jóvenes están teniendo una vida sexual muy activa.
"Lo que pasa es que son monógamos sucesivos. No tienen varias parejas a la vez sino de una en una. Un mes están con una y al otro, con otra. Por suerte es un grupo menor que puede llegar a las 20 parejas sexuales en un rango de edad entre los 10 y 19 años", explica Salazar.
En el caso colombiano, el promedio en los hombres es de 4 parejas, y en las mujeres, es de 1,91. El general: 2,89.
No a los embarazos
Aunque nuestros jóvenes fueron los que manifestaron el mayor temor a quedar en embarazo (80,6 por ciento de los encuestados), el poco cuidado que tienen en sus relaciones muestra lo contrario. Igual ocurre con las enfermedades de transmisión sexual. Dicen estar preocupados pero no se cuidan lo suficiente.
El uso combinado de condón y anticonceptivo oral, método que más protege contra el embarazo no deseado y las enfermedades es muy bajo (5,2 por ciento en el total de encuestados en los seis países). Y solo el 55,9 por ciento de los colombianos encuestados que dijeron tener relaciones utilizan a veces el condón.
"Colombia presenta indicadores de riesgo muy altos para el grado de información que los jóvenes dicen tener -concluye Salazar-.
Esto quiere decir que la información que están recibiendo no es la adecuada o no es suficiente. Y si el colegio es el sitio de donde la obtienen qué está pasando".
Salazar lanza otras preguntas: ¿Qué papel está jugando la familia? ¿Están los profesores en capacidad de enseñar este tema? ¿Existen programas de salud sexual reproductiva acordes con las necesidades de los jóvenes y adolescentes?
María responde con lo que ella ha vivido. Estando muy pequeña le enseñaron cómo se concebían los niños y cómo nacían; después le contaron de las enfermedades venéreas y los métodos de planificación sexual. "Nos mostraron, por ejemplo, cómo se debe poner el condón. Además, mi mamá siempre me ha dicho que lo exija porque los hombres son muy perros.
"De valores, consumo de drogas, alcohol y cigarrillo, muy poco. Tampoco me hablaron de trastornos alimentarios".
Ella padeció de anorexia, en 5 meses perdió 9 kilos, tuvo depresión y problemas con su familia. Salazar asegura que esa enfermedad, al igual que el consumo de alcohol, cigarrillo y drogas, así como la violencia, la delincuencia y el sexo temprano, forman parte de la cadena adolescente, a la que hay que prestarle mucha atención.
"Todos estos riesgos están en adolescentes y jóvenes a los que se debe atender de inmediato, con una visión holística que permita integrar todos los aspectos de su vida", concluye Salazar.
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